miércoles, 20 de mayo de 2015

Y cuando al fin comprendas...

A veces uno llega a bendecir la vida de una persona, o simplemente extiendes tu mano a alguien, porque tácitamente esa persona te lo pide a gritos... Ello creí vivirlo y asumirlo contigo en forma puramente desinteresada, pero la vida me muestra ahora la imposibilidad de mis quereres. 

Me faltó conocerte, y Dios me dio la oportunidad de desilucionarme verdaderamente. Ver que no eres nada de lo que creí, que no haces nada de lo que pensé. Eres un hombre golpeado por la vida, a quien le han faltado las oportunidades hará hacer mejor las cosas. No han llegado ellas a ti, por esa desidia garrafal.

Estás en tu derecho de subsumirte en la mala suerte que te persigue, pero aun cuando en mis fuerzas he querido alejarla de ti, tu propia decisión me aparta de ese propósito. Tu vida se traduce a bonitas palabras y fugaces hechos coherentes con ellas.. y tal vez te falta sacudirte, desprenderte de tantas ataduras, pero te resulta más fácil quedarte ahí, indemne a esperar ¡a ver qué pasa!

No hay nada que yo pueda amar de ti, es claro que a ti solo me une una historia, cimentada en la ilusión de una mujer fantasiosa que prefirió blindar el recuerdo de tu ser, unido a mi injustificado amor y mantenerlos por estos años en la frustración trillada  de un "Hubiera podido ser".

Consciente soy de mis problemas de autoestima, pero ello no me impide creer que merezco algo mejor. No son solo tus actitudes distantes, a mi modo de ver, de una hombre de verdadero valor, si no que descubrirte en tu verdadero ser, implica doblegar en orgullo y dignidad, aceptar ofensas y situaciones en los que debo guardar silencio, sin actuar bajo mi naturaleza propia, aceptar que alguien está conmigo y por encima de mi.

No hay nada que me inspire soportar semejante desface, y mi corazón lo dicta con toda claridad ¡no lo quiero!Ahora dejo ir ese recuerdo y la idea de permanecer a tu lado, poder entender de una vez por todas, que no existirá frustración alguna por no estar contigo en la forma que por años soñé, entender que por más fuerzas que  le ponga a mis oraciones y entrañables deseos, Dios no puede forzar tu libertad, menos a que tomes la decisión que me parece correcta.

Te dejo ir.. con un ¡Ya no más!






No hay comentarios.:

Publicar un comentario